La mejor tenista del momento tuvo que ser operada hace 15 días del pie izquierdo, por unas heridas profundas que sufrió.
Los problemas de Serena surgieron este mes en Munich, poco después de ganar su cuarto título de individuales en Wimbledon, el 3 de julio, y antes de jugar un partido de exhibición contra la belga Kim Clijsters, que atrajo a más de 35.000 espectadores el 8 de julio, en Bruselas.
Es una tenista inquieta. Se nota. Mediante Twitter se quejó por pasar "un quinto día en cama, ¡ay!". No ve la hora de estar en una cancha de vuelta. "Por ahora, nos concentramos en el día a día. Ella descansa y se recupera", dijo la agente Jill Smoller, en una entrevista telefónica. "Ella sana muy rápido". En cuanto a la vuelta, "Ella comenzará a entrenarse de nuevo, tan pronto como se haya aliviado".
Serena se retiró ya de tres torneos en canchas duras en los que tenía previsto participar, como parte de su preparación para el US Open. El último Grand Slam de esta temporada comienza el 30 de agosto, en Nueva York.
Se retiró del torneo de Estambul, previsto para el 26 de julio, del certamen de Mason, en Ohio, que se disputará a partir del 9 de agosto, y del Abierto de Montreal, que arrancará el 16 de agosto.
En lo que va del año la menor de las Williams estuvo fuera de las canchas en febrero, marzo y abril por problemas de la rodilla izquierda, y aún así Serena ganó dos títulos individuales, nada menos que el Abierto de Australia y Wimbledon. ¿Podrá consagrarse en el último?
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